El número QUI es una cifra conceptual estadística cuyo valor es relativo de una forma absoluta, en tanto que depende del contexto en el que se aplica, de las variables de ese contexto y de las características de esas variables.
El número QUI existe de forma aproximativa y es oscilante por naturaleza.
El usuario común –llámese ciudadano– desconoce su existencia aunque a veces la intuye. Son los trabajadores de la estadística los expertos en el uso del número QUI.
El baile (valga el tecnicismo) del número QUI es errático cuando está en ciernes, pero hierático en su finitud.
En definitiva, el número QUI se puede describir como la cifra estadística cuyo peso específico configura los gráficos de una sociedad que tiene más viudas que viudos, una altura media de 1,70 m. en los varones, una población mayoritariamente urbana, un gusto desmedido por salir después de las once y un mínimo porcentaje de no sabe/no contesta.
Pongamos por caso un sondeo en el que sólo son posibles dos variables: sí y no. Y pongamos que el cliente desea un alto porcentaje de noes. Y pongamos que, en la realidad, los noes quedan muy por debajo de lo deseado.
¿Cómo solucionan este problema los expertos de la estadística? Obviamente, utilizando la cifra conceptual QUI:
QUItan n de aQUI (del sí) y ponen más n aQUI (en el no).
Es tan sencillo como complejo, tan arbitrario como riguroso, tan inicuo como camuflable, tan escalofriante como real.
El número QUI existe de forma aproximativa y es oscilante por naturaleza.
El usuario común –llámese ciudadano– desconoce su existencia aunque a veces la intuye. Son los trabajadores de la estadística los expertos en el uso del número QUI.
El baile (valga el tecnicismo) del número QUI es errático cuando está en ciernes, pero hierático en su finitud.
En definitiva, el número QUI se puede describir como la cifra estadística cuyo peso específico configura los gráficos de una sociedad que tiene más viudas que viudos, una altura media de 1,70 m. en los varones, una población mayoritariamente urbana, un gusto desmedido por salir después de las once y un mínimo porcentaje de no sabe/no contesta.
Pongamos por caso un sondeo en el que sólo son posibles dos variables: sí y no. Y pongamos que el cliente desea un alto porcentaje de noes. Y pongamos que, en la realidad, los noes quedan muy por debajo de lo deseado.
¿Cómo solucionan este problema los expertos de la estadística? Obviamente, utilizando la cifra conceptual QUI:
QUItan n de aQUI (del sí) y ponen más n aQUI (en el no).
Es tan sencillo como complejo, tan arbitrario como riguroso, tan inicuo como camuflable, tan escalofriante como real.
2 comentarios:
Sí, la estadística es una QUImera...
pero con esa QUÍmica se hace MONA.
( Me gustó mucho la entrada )
Un saludo.
http://manoloarana.blogspot.com/2010/11/oda-la-poesia-femenina-malaguena.html
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