Si las pistolas las carga el diablo
y dios las vacía las limpia de muerte
contra quién cargo la culpa de mi herida
abriéndose y cerrándose a cada minuto
está claro que las discordias no empiezan en los suburbios
sino en altares y bajares es decir
que el padre y el impadre
han venido a menos
estamos al descubierto
hora es de unir pasado y futuro
en una sola carta
alea jacta est
y bajar los ojos de vergüenza
poner the end al dominio
y una pequeña coda
esto no ha salido nada bien
guardaremos los trajes con mucha naftalina
y dormiremos el sueño de los vencidos
hasta que un príncipe de azules besos
venga a dar con su destino a esta tierra
no nos acordaremos de nada
y de nuevo seremos súbditos
de cualquier cosa.
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